Tuesday, June 27, 2006

Tres caracterìsticas de quien suscribe que, entre miles de millones màs, determinan que los nùmeros no son su fuerte:
1) Me cuesta un huevo ubicar un año en su respectivo siglo. Ya sé que se debe sumar una unidad en lo que en el año sería la unidad de cien y ahí tenés el siglo, pero yo, no sé, hago cualquier cosa, lo resto, lo dejo como está, tardo un montón en hacer cualquier cosa que haga y encima está mal.
2) Me cuesta un huevo calcular los vueltos. Si algo sale $3,20 y yo pago con $5, por ejemplo, lo primero que hago es pensar "5-3=2", entonces supongo que me tienen que dar dos pesos de vuelto más las monedas y tengo el tupé de reclamarlo hasta que me doy cuenta y me meo de la vergüenza y me voy. Posta que me pasa siempre.
3) No te digo que me cueeeesta, pero sí me lleva un poco más de lo que debería decirle la hora a la gente por la calle. En primer lugar, establecer las equivalencias tipo 14hs=dos de la tarde, y eso es importante porque no da decir "son las catorce". Tampoco da decir "son y cuartenta y tres", tenés primero que redondear y después pensar el "menos lo que corresponda", y ahí me agarra algo parecido a lo del vuelto porque me olvido de adelantarme una hora para poder decir lo que falta. Me ha pasado un par de veces (no más de un par, lo juro) de llegar tarde a algún lado por haber puesto mal el despertador: ponele que tenía que estar a las 11, lo quería poner 10:20 y bueno, ya saben qué pudo haber pasado.
Por esto y por otras razones que hallarán en el prefacio del cuentito de Cortazar que ya sabemos no uso reloj y me arreglo con el del celular: si a todo esto hay que sumarle la interpretación de las agujas, ahí sí que me piden la hora y salgo corriendo.

3 Comments:

At 3:44 PM, Blogger Unknown said...

No leas más a Cortázar, Pato.

 
At 8:21 PM, Blogger inmaculada said...

yyy, los premios es de lo màs tedioso que leì y de rayuela no pude leer nada en ninguna de las 500 formas posibles, pero los cuentos son digeribles (?) y algunos muy buenos. lo leo como muchacha de mundo que soy pero no me gusta demasiado.

(me encanta hablar de mí)

 
At 11:50 AM, Blogger Kameyo said...

a mi me pasa exactamente lo mismo con los números, en las tres vertientes con que ejemplificaste.
Lo del vuelto lo he solucionado; ya no pretendo asegurarme si me lo están dando bien. Hago, como máximo, una mímica de que lo estoy contando. Si me lo dieron mal a propósito supongo que eso suscitará un instante de nerviosismo en el kioskero o tachero mala onda.
Y después vuelta a caminar dos o tres cuadras hasta que hago la cuenta (me tarda todo eso) y me doy cuenta que me lo dieron bien o mal. Esos minutos de hacer la cuenta son de suma inestabilidad emocional.

 

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