Wednesday, June 21, 2006

Que después de varios días o meses se te ocurra la respuesta exacta que deberías haber dado a un argumento de la otra parte de aquella discusión es, lo sabemos, una de las peores cosas que le pueden pasar al ser humano. Lo que creo yo que salva un poco la situación personal y sobre todo la imagen pública de los que padecemos a menudo este síndrome de la respuesta adeudada es no tratar de generar la misma diatriba en forma "espontánea" para no quedarnos con la vena. En todo caso la solución sería ensayar nuestro speech frente al espejo varias veces mientras esperamos parsimoniosamente durante el tiempo que sea necesario que el otro incurra en su actitud que ocasionó el conflicto y una vez ahí, con toda la tranquilidad que nos brinda el tener la palabra adecuada para la situación, poder sacarnos el peso de encima. Si no es esa pelotudez entonces nada, no hay solución, jodete.

2 Comments:

At 12:10 AM, Anonymous Anonymous said...

todos sabemos que las respuestas más agudas son las que jamás pronunciamos

 
At 10:07 PM, Anonymous Anonymous said...

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